miércoles, 29 de enero de 2014

NECESIDAD DE HOMBRES BUENOS

 
 
Esta necesidad de una condición moral que provenga de la naturaleza ingénitamente pura, del mismo Ser, está señalada por Platón en la totalidad de sus obras y, a más de veinte siglos de distancia, por Kant y sus seguidores.

Y no ha habido filósofo alguno que de tal se preciara, ni pensador alguno, que pusiese en duda tal necesidad, aunque con el hundimiento del Mundo Clásico, esto, evidente por sí mismo, se ha condicionado a previas razones teológicas, políticas y sociales, cuando no simplemente económicas.

Al desarrollo de la mecánica instrumental en lo fisico, se le asoció un similar proceso en lo metafísico, quedando poco a poco el individuo enterrado en una ciénaga de lo que podríamos llamar culto al procedimiento y aun de las procedencias.

Así, la bondad ingénita del hombre se condiciona a su religión, al origen familiar, geográfico, racial, y a muchos otros etcéteras que cubrirían páginas enteras que serían un detallado muestrario de prejuicios y superficialidades.


La Humanidad se dejó encadilar por los planes y los sistemas, por las formas de los receptáculos antes que por los contenidos. Ante el resquebrajamiento de la plataforma ética se recurre a las fórmulas más o menos utópicas de los recetarios, pues al concebir el mal como algo real -que ya no es la simple carencia del bien, sino una presencia consistente-, se acude a exorcismos de todos los colores, despersonalizados en lo sobreindividual. El Ser pasa a segundo plano, condicionado a los aparatos que, en hipótesis teórica, crearán, mediante la confesión o la razón, al Hombre perfecto a partir de sus propias imperfecciones.

Una imagen práctica sería pretender que, si apilamos ladrillos de barro de determinada forma y manera, podremos construir una pared de dura piedra, sólida y fuerte, haciendo que la magia del conjunto transmute la naturaleza de lo individual y singular.

La masificación espiritual precedió en muchos siglos a las modernas cadenas de montaje, y sin medir la realidad, se creyó que ensamblando lo parcial con lo parcial se daría a luz una criatura pletórica de virtudes y bondades, idéntica a sus precedentes y a quienes le sucediesen. Cuanto más, se admitió la evolución de las formas basadas en los fracasos y aciertos de la experiencia. Pero lo importante dejó de ser el Hombre para dar prioridad al conjunto de los hombres, como si éstos fuesen una mera invención de los sistemas, hombres a los que los propios sistemas darían el derecho a la supervivencia en base a sus adaptaciones y pérdida de toda característica propia. en los casos en que ésta fuese aceptada como tal.

Los productos de las cadenas de montaje fueron calificados según de donde proviniesen, es decir, según que sistema los había engendrado.


Y ese común denominador colectivo, hace que se hable de los cristianos, los judíos, los musulmanes, los ateos, los blancos, los negros, los ricos, los pobres, los sabios y los ignorantes. Es el racismo de todos los colores. Esta masificante aspiración a una redención colectiva, y a una destrucción también colectiva de quienes no participasen de tal o cual redención, clase o partido, pone toda la esperanza en los sistemas, credos, razas y aceptaciones. El hombre singular pierde importancia. Y hasta se hace inconcebible alguien que no esté insertado y militando en el Partido o la Secta de moda.

Sin embargo, el fracaso fáctico del comunismo, el fascismo, el nazismo y el capitalismo con sus respectivas características políticas, sociales y económicas, ha sembrado en el pueblo la duda sobre la eficacia de los sistemas. A pesar de que, tal vez orquestados por poderosas fuentes de poder, casi todos los pueblos de la Tierra claman por la democracia y el derecho al voto, a la hora de acercarse a las urnas, una media del 50 por ciento rehúsa hacerlo, o donde ello es obligatorio, se vota en blanco o se boicotean deliberadamente las listas prefabricadas por el sistema.

Con excepción de algunas modalidades del Islam, en las religiones pasa otro tanto, y aunque en los mapas demográficos siga apareciendo, por ejemplo, que Italia es católica, en la realidad las iglesias están llenas de turistas curiosos, los monasterios vacíos, convertidos en sedes de encuentros ajenos a la religión y el mismo Papa es objeto de bromas sobre su nacionalidad o sus costumbres. Evidentemente, lo que tradicionalmente se entendió por sagrado, está muy lejos de todo esto. Es aceptable que la solución de este problema pase por el simple entendimiento de que lo que realmente importa no son los sistemas, sino los hombres que los integran. Y que la calidad moral de estos hombres es lo fundamental.


Poco importa ya que un país esté gobernado por derechas o izquierdas, que su régimen sea presidencial o monárquico. Lo que es válido es si el hombre, o los hombres responsables de la administración de un país, son gente buena, honrada, justa, valerosa y cabal.

El peor de los sistemas, si está integrado por hombres buenos, trae felicidad al pueblo, riqueza, bonanza y paz. El mejor de los sistemas, si sus gobernantes son personas carentes de moral, será un suplicio para los gobernados.
El mito de la redención colectiva a través de los sistemas ha demostrado su fiabilidad. Incluso en el tiempo, el más organizado y natural de los sistemas, se desmorona pronto si no está sostenido por hombres y mujeres de honor, morales, en una palabra: BUENOS. Lo que necesitamos no es que triunfen determinadas facciones o sectas políticas ni sociales ni religiosas. Lo que necesitamos son hombres buenos y que a esos hombres buenos, reconociéndolos como tales, se les deje tener las máximas responsabilidades en todos los terrenos. Si así se hiciese, ellos las aceptarían, no por ambición, sino por espíritu de generosidad y solidaridad.



Si logramos respaldar a los hombres buenos y les damos los instrumentos culturales necesarios, éstos pueden integrar cualquier forma de gobierno, pues cualquier forma de gobierno en sus manos será eficaz.

Si es un hombre bueno el que está al frente de una religión, cualquiera que ésta sea, despertará en sus creyentes la Presencia de Dios, pues la verá en él reflejada y posible.

Si un hombre bueno se dedica al Arte, a la Ciencia o cualquier actividad, ésta se verá iluminada por su propia bondad, no importando el camino que tome, pues en su bondad ha de escoger siempre el mejor.

Es necesario concienciar que no basta con cambiar del siglo XX al XXI para que cesen los racismos, las persecuciones, los enriquecimientos ilícitos, los genocidios; sino que hace falta cambiar por dentro, para que las máquinas contaminantes de los sistemas den paso a los hombres buenos.

Es preciso encontrarlos, señalarlos y apoyarlos.

Para un hombre, no hay enemigo mayor que otro hombre, si éste es malo, ni mejor amigo y ayuda que otro hombre, si éste es bueno.

Seamos valientes y empecemos a tirar a la caja de desperdicios de la Historia los sistemas nefastos que nos rigen, para que, sobre sus escombros, pueda caminar ese Hombre, cuya característica principal es la de ser Bueno.
 
 
 
 
fragmentos de: J. A. Livraga-1989

miércoles, 22 de enero de 2014

¿Qué País o Mundo queremos construir? CARTAS DESDE MI ALMENA (9)


Mi querido amigo:

Deseo te encuentres bien, con esperanzas y avanzando...aunque sea entre las nieblas...
Te cuento ayer en un programa que sigo hace unas semanas y que me está gustando, el moderador lanzó una pregunta al final contundente: ¿qué país queremos construir?, la tomé como ejercicio de reflexión que quiero compartir contigo...

Los Ideales de Acuario: Fraternidad, Identidad, Libertad... sin duda son los míos. Los que necesitarán para hacerse realidad, el despertar del corazón luminoso, generoso de Leo: el Sol, (corazón consciente) en los individuos. Y la Sabiduría que nos aportará el "Agua de Vida" de Acuario, a través de Urano y Saturno. Para no caer en interpretaciones subjetivas, interesadas o equivocadas.

Fraternidad: queremos un país (o mundo) en donde reine la fraternidad, superando traumas sociales y mezquindades. Alcanzando naturalmente ese estado de Ciudadano del Mundo. Poder vivir en hermandad, conscientes de que  aunque como personalidades somos diferentes por el karma acumulado  y el momento evolutivo de cada uno,  participamos de la misma esencia divina. Por lo que cada persona tiene el deber de conquistar su verdadera Identidad o individualidad. Donde seamos Libres, sin olvidar que esto será posible sólo gracias al conocimiento propio y de la Naturaleza en general. Lo que nos irá dando más y más libertad, en la medida de nuestra conciencia despierta, aportándonos responsabilidad y un conocimiento profundo de la Vida.

Sin duda estos ideales no podrán hacerse Realidad sin una Educación integral ecléctica para todos, con las mismas oportunidades, donde se facilite el desarrollo de nuestras potencialidades mejores. Donde cada cual se coloque en el lugar y ocupación que mejor pueda desempeñar, sintiéndonos tan orgullosos de un buen zapatero, como de un buen gobernante, pues el hombre no vale por lo que hace, (cargo, profesión) sino por cómo lo hace. 

Para ello es necesario que la cabeza rectora de un país; los Jueces  y políticos sean elegidos entre los más justos y virtuosos, así como por su capacidad de gobernarse a sí mismos.  Formados previamente en el Arte y la Ciencia de Conducir hacia estados superiores de conciencia. Deben distinguirse por su entrega y Servicio a la comunidad de la que forman parte. Porque sólo el Ejemplo da la Autoridad. Todo esto y mucho más, será posible gracias a la práctica de una ética profunda, sin ella  todo quedaría en pura teoría.


En una palabra y sintetizando: Queremos los Mejores, (los más virtuosos), como políticos o jueces para dirigir "nuestro barco", como lo querríamos para nuestra salud o el pilotaje de un avión. Puesto que lo que ellos tendrán como responsabilidad mayor es dirigir un país. Sin privilegios ni sueldos por encima de lo requiere cualquier persona para tener una vida digna sin exageraciones. Y a la par del resto de los ciudadanos en momentos de crisis. La pregunta del millón aquí sería: ¿Seremos capaces de distinguirlos, reconocerlos, elegirlos? Como alguien dijo, para eso tendríamos que haber conquistado previamente el discernimiento... para ver claro.

En el tema de la religión, cada cual será libre de elegir la forma que más le agrade, pues entenderemos que todas las religiones en la base dan el mismo mensaje. Lo que  importará será la espiritualidad, no el camino elegido por cada cual, o el nombre que le damos a las cosas. Eso importa bien poco o nada.

Tampoco habrá distinciones o desigualdades por ser de un color u otro, de un sexo u otro, pues lo que vale es el Ser interior, objetivo principal a desarrollar por un nuevo Renacimiento de los valores atemporales.

Queremos que todos podamos tener la oportunidad de llevar adelante nuestro proyecto vital. Tenemos derecho a tener un trabajo donde desarrollarnos, realizarnos y contribuir a la sociedad con la aportación de aquello mejor que sabemos hacer, mientras estamos en edad laboral. Más tarde podremos aportar nuestra experiencia a las generaciones jóvenes. En este mundo no habrá "parados" ni personas excluídas o indigentes, porque todos podemos colaborar en alguna tarea social necesaria, que nos haga sentir útiles, y merecedores de lo que recibimos a cambio.

Aquellos que son más ricos, (en cualquier nivel) deben aportar a la sociedad más, primero por generosidad natural, por solidaridad y por Justicia. Si se administra con sentido común el patrimonio general, y se abren vías de creación de empleos acordes al desarrollo integral (cuerpo, psique, mente, espíritu) de los ciudadanos y del planeta, la riqueza circulará generosamente. Obteniendo más Salud a todo nivel.

Queremos porque es Justo y necesario, una sociedad donde los niños, los ancianos, los enfermos, estén protegidos a todo nivel. Algo básico será que nadie se encuentre sin hogar o techo. En un Mundo así, no habría analfabetos, mendigos, fanáticos, ni organizaciones delictivas de ningún tipo.

En cuanto a la ciencia, debe estar como todo, al Servicio del Bien general de la Humanidad, buscando el progreso evolutivo y espiritual que como seres humanos debemos alcanzar. Aprendiendo a vivir en armonía con todos los reinos de la naturaleza y el Universo. En cuanto al Arte, como "puente de oro" entre los arquetipos y los hombres, debe cumplir esa alta misión pedagógica, mágica y terapéutica para la que sirve, cuando los artistas lo son y están inspirados sanamente.

Más todo esto requiere el despertar de las conciencias, para que pueda darse la autorrealización personal gracias a la práctica de unos valores atemporales puestos al Servicio del bien de la comunidad.  Es necesario que la educación y los medios sirvan para facilitar el ascenso evolutivo y no al contrario como se hace en este tiempo caótico. Y es que lo primero a conseguir, para poder luego hablar de libertad y de felicidad, es despertar el Individuo que como diría Platón es lo indiviso, la parte inmortal en nosotros.

Bueno amigo mío, seguiremos charlando, seguro que me aportas alguna reflexión o idea, que a mí se me ha pasado por alto, para ese modelo de país que todos deseamos, más Justo y Bueno. Gracias siempre... por enriquecerme con tus aportaciones.

Entre todos es posible conseguir lo que nos propongamos con todo nuestro Corazón...estoy segura. Aunque también sé que conseguirlo no es nada fácil...porque requiere cambios individuales y un crecimiento interior importante. Y no todos están dispuestos a realizar el esfuerzo que nos exige la evolución,  ni están despiertos o quieren despertar.

Te mando mi cariño en un fuerte abrazo con mucha Luz

Tu amiga del alma que no te olvida



Perséfone  -22/1/2014-Malaka


Me contestabas diciendo: Muy bien ¿Y eso cómo se consigue?...y yo como siempre te respondo: CON EDUCACIÓN y una ÉTICA profunda, no veo otro modo real, saludable y duradero de hacerlo posible.

Los antiguos egipcios dirían, que hay que entronizar a Maat: Justicia, Verdad,  Orden en nuestras vidas

lunes, 20 de enero de 2014

SOBRE LA SOLEDAD...

 
 
¿Qué hacen los niños cuando se encuentran solos? Se entretienen cogiendo guijarros y formando con arena castillos que destruyen seguidamente. Jamás les falta entretenimiento y diversión. Y lo que ellos hacen por pura gracia infantil, ¿no podrás hacerlo tú a fuerza de razón y sabiduría? en todas partes tenemos los hombres arena y guijarros, ¡y tenemos en nosotros mismos tanto par construir y demoler! No nos quejemos, pues, nunca de estar solos.
 
 
Dios, contento siempre de Sí mismo, consigo vive eternamente. Procura, pues asemejarte a Él, que esto si está en tu mano. Habla contigo: ¡tienes tanto que decirte y que pedirte!  ¿no tienes un Padre inmortal que no cesa de velar por ti y de socorrer en cuanto necesitas?
 
 
Nada posees que no te haya sido dado. El que todo te lo dio bien puede quitarte algo. Eres, pues, no sólo insensato, sino ingrato e injusto al pretender oponerle resistencia.



Epícteto (Estoicos)